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La hora de las bicis

La muerte de 2 ciclistas abre el debate de qué movilidad y ciudad queremos

Publicado: 2015-08-18


Los recientes accidentes donde murieron los ciclistas Gustavo López Mejía y Martín Lozano Curo en las calles de Lima, ponen en la escena pública un debate de mayor profundidad sobre la manera de entender y gestionar la movilidad urbana y en general la visión de ciudad en la que vivimos.

Como ciclista puedo atestiguar, al igual que lo podrían hacer los miles que lo padecen a diario, que sufrimos la prepotencia de muchos conductores de vehículos privados y públicos que no respetan en lo más mínimo a los peatones y mucho menos a los ciclistas. Muchos de esos conductores solo ven en ciclista un obstáculo, un impedimento molesto para abrirse paso en las calles.

Por otro lado vemos que nuestra ciudad y su disgregación en distritos no han concebido la ciudad como un espacio de convivencia armoniosa sino más bien uno donde se expanden de manera indiscriminada los edificios y centros comerciales, las vías para más autos, todas en desmedro de los espacios públicos como parques, jardines, ciclovías, boulevards entre otros. La cultura de transporte nacional, en especial en Lima es habitualmente brutal, marcada por el abuso, la viveza criolla y la costumbre de la corrupción a la autoridades, en este caso la “propina” a la Policía de tránsito y los fiscalizadores municipales.

Asimismo la bicicleta es vista aún como un elemento puramente recreativo y no como parte de una política integral de movilidad. Expertos afirman que Lima debería tener unos 300 km de ciclovías para facilidad de los ciclistas, pero actualmente cuenta solo con 120 km. Las 55 ciclovías que existen en Lima no tiene un sistema interconectado y la mayoría de ellas carece de un diseño uniforme. Debido a este problema, solo el 6% de ciclistas en Lima utiliza las ciclovías de la ciudad. Actualmente solo 1% de la población limeña, que equivale a 100 mil personas, utilizan la bicicleta como medio de transporte.

En la gestión de Susana Villarán se avanzó en buena medida en el tema de fomentar una cultura de la movilidad sostenible, entendida como parte de la reforma del transporte que inició su gestión. Se instauró el Ciclodía en la Av. Arequipa y se promovieron programas intensivos en universidades y colegios para generar conciencia del uso de la bicicleta. Asimismo se avanzó en las iniciativas para la bicicleta pública y la red de ciclovías. Sin embargo faltó más tiempo y recursos para ir más rápido. En el Plan Metropolitano de Desarrollo Urbano de Lima y Callao (PLAM) trabajado en la administración Villarán y que es clave para mirar la ciudad del futuro, se estima que para el 2035 Lima debería tener 600 kilómetros de ciclovías.

Todavía falta mucho por hacer, pero hay que empezar por un tema de concepción y voluntades. Claramente Lima está al borde del colapso en horas punta con el tráfico, es hora de mirar a generar infraestructura que facilita la movilidad de los peatones así como una red metropolitana de ciclovías que permita interconectar entre los distritos y facilitar la llegada a las estaciones del Metropolitano, el tren y las líneas de buses. No hay que hacer mucho esfuerzo. Desde Lima metropolitana y distritos como San Borja, San Isidro y Miraflores se ha empezado construyendo sistemas de préstamo, ciclo estaciones y mejorar la señalética.

Asimismo debe ejercerse más autoridad en relación a los ciclistas. Debemos respetar las normas de tránsito pero a la vez la autoridad policial debe proteger a los ciclistas.

No es casual que las ciudades del mundo desarrollado que buscan elevar su calidad de vida empiecen a incorporar la bicicleta como parte de sus políticas públicas (Amsterdam, Barcelona, Londres) y sin ir muy lejos Bogotá, Quito y Santiago lo están haciendo.

En términos políticos, la bicicleta es un tema en el que casi todas las tendencias coinciden en su difusión. Si le damos un carácter alternativo al modelo capitalista depredador que nos hegemoniza, la bicicleta puede ser un instrumento democratizador de la sociedad, en la que como medio público y particular ayuda a la salud, la socialización y hacer del transporte una experiencia cómoda y sostenible con el ambiente.


Escrito por

Luis Gárate Sánchez

Periodista, ex regidor de la Municipalidad de Lima. Estudios de maestría y Diplomado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales.


Publicado en

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