La Venezuela de la discordia
Campañas mediáticas y datos para el debate sobre lo que sucede en el país llanero
En los últimos años lo que sucede en Venezuela se ha convertido en tema de controversia, de campañas y deslindes. Existe una suerte de coro de líderes de opinión, sectores políticos y medios que han convertido a este país en una “amenaza” a lo que se considera correcto en el pensamiento imperante.
Recientemente la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), que agrupa a las más grandes empresas de prensa de la región, denunció durante su asamblea anual, que en Venezuela “se ha instalado el régimen de la mentira, pariente del fascismo de mediados del siglo XX".
Esa posición no es sorpresiva. Desde que Hugo Chávez llegara al poder en 1998 se generó una concertación de medios en contra del gobierno del comandante retirado. Desde entonces solo han presentado al líder bolivariano como una suerte de “cuco golpista y autoritario”.
Lo cierto es que el país llanero desde esa fecha se inició un proceso de cambios y transformaciones políticas, económicas y sociales que han incorporado a los sectores populares a la vida activa del país.
La democracia y la oposición venezolana
Cabe recodar que desde 1999, se han llevado a cabo 13 consultas ciudadanas (presidenciales, regionales y municipales) y 6 referendos (consultivos, aprobatorios y revocatorio), dentro de los cuales destaca aquel por el cual fue aprobada la nueva Constitución de 1999. Venezuela cuenta con un Sistema Electoral automatizado y que fue calificado por el ex presidente de EEUU Jimmy Carter, como uno de los más seguros del mundo.
Además del proceso constituyente que permitió la elaboración de una Constitución, de forma progresiva se ha venido construyendo un conjunto de leyes que dan un piso jurídico a la participación popular en diferentes niveles de decisión, como los Consejos Comunales, Comunas, Sistema Económico Comunal, Contraloría Social y Planificación entre otras.
Mientras en los medios se victimiza a varios opositores venezolanos, es importante anotar que muchos de ellos se han involucrados en serios actos de violencia, que en cualquiera de nuestros países son penados y ameritan la inmediata detención. (En el Perú casos de líderes de protestas sociales que son inmediatamente apresados por la convocatoria a marchas y paros, como Alberto Pizango, Oscar Mollohuanca, entre otros).
Personajes como Leopoldo López han sido parte de los actos de violencia, que tuvieron sus picos en el golpe de Estado contra Chávez en 2002, y han abiertamente participado de la organización y convocatoria de actos de protesta que han terminado con muertos y heridos. Los “demócratas” venezolanos, que fueron en su mayoría parte de los partidos que gobernaron con el Pacto del punto fijo (AD, Copei y URD) que ató a Venezuela a estos partidos durante más de 40 años, no dudaron en formar un gobierno dictatorial con Pedro Carmona, el jefe de Fedecamaras en el 2002, que asumió todas los poderes del Estado y que no duró ni 2 días por la presión popular. Desde entonces tanto el gobierno de Chávez como el de Nicolás Maduro, han tenido una férrea oposición de los partidos tradicionales, empresariales, de sectores sindicales como la CTV, como de nuevos líderes como Henrique Capriles del partido Primero Justicia, que además cuentan con el apoyo financiero de fundaciones norteamericanas.
Los medios de comunicación
Según datos oficiales, en Venezuela operan 2.896 medios; 2.332 son de la empresa privada. El 65,18% sigue siendo privado, el 30,76% es comunitario: apenas un 3,22% es de servicio público. El principal cambio consiste en la multiplicación de medios comunitarios, a través de los cuales la sociedad accede a la comunicación. Estos últimos en su mayoría tienen poco alcance.
En la radiodifusión funcionan 1.598 emisoras privadas, 654 comunitarias y apenas 80 de servicio público. En la televisión de señal abierta 55 canales son privados, 25 son comunitarios, apenas 8 de servicio público.
Casi todos estos medios privados son opositores, lo que deja mal parado el argumento de que el Estado venezolano está ejerciendo una hegemonía comunicacional. Entre los casos emblemáticos, como el de la no renovación de la concesión al canal RCTV, abren la discusión sobre las implicancias de que los Estados recuperen el manejo del espectro radioeléctrico.
Venezuela en algunas cifras
De acuerdo con los resultados del informe 2013 de la CEPAL, Venezuela figuraba como el país con la mayor reducción del porcentaje de pobreza hasta el año 2012. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística-INE, la pobreza se ha reducido de un 28.9% en 1998 a un 19.6% en el 2013; mientras que el porcentaje de hogares en pobreza extrema ha disminuido del 10.8% en 1998 al 5.5% en el 2013.
La inversión del Gobierno en programas sociales desde 1999, se ha multiplicado respecto a la década anterior. Entre 2003 y 2009, el Gobierno Central creó 36 Misiones, y desde 2010 se han creado 7 Grandes Misiones. Para esto precisó que se han invertido más de $ 500.000 millones.
En reducción de la desigualdad, el coeficiente Gini en 1998 era de 0.486 y en el 2013 llegó a 0.398, el más bajo de América Latina, cifra que lo situaba como el país menos desigual entre los países de la región (INE), debido al mejoramiento de la distribución de los ingresos en beneficio de los sectores más pobres.
De acuerdo con palabras del representante de la FAO en Venezuela, Marcelo Resende, “ya el hambre en Venezuela no es un problema”. Según cifras de la CEPAL, este país redujo sus niveles de subnutrición: el nuevo mapa del hambre 2014 lo presenta como uno de los que más ha hecho para que su población coma bien y dignamente, apuntó el representante de la organización internacional.
Asimismo la UNESCO ubicó a Venezuela en el segundo lugar de Latinoamérica y quinto país en el mundo con mayor matrícula estudiantil universitaria.
Política Internacional
En el ámbito regional, la Revolución Bolivariana impulsó un cambio en la correlación de fuerzas en el continente, apoyando a los gobiernos progresistas e independientes de las políticas del Fondo Monetario Internacional. La política internacional de Hugo Chávez y ahora de Nicolás Maduro, ha generado una serie de instrumentos que han facilitado una política independiente de la hegemonía norteamericana.
El nacimiento de la CELAC, ALBA, Petrosur, PetroCaribe, Unasur, el nuevo Mercosur, el Banco del Sur, plantean un nuevo modelo sustentado en la complementariedad, cooperación y solidaridad, permitiendo el desarrollo económico sin menoscabo del progreso social en América Latina y el Caribe.
El “cuco chavista” y la doble moral
Como lo fue en el pasado con otros radicalismos, como el Apra en sus orígenes, los comunistas, los terroristas y otros “cucos”, el chavismo se volvió casi desde sus inicios un insulto para la derecha, con el cual buscan descalificar a todo aquel que cuestione el modelo imperante. Entre los analistas liberales peruanos e internacionales se esmeran en calificar al proceso venezolano como “nuevo populismo” y “autoritarismo competitivo”. Podríamos decir que Venezuela tiene una democracia imperfecta, con rasgos presidencialistas y autoritarios. Pero claramente hay un sesgo informativo internacional, que ve en el radicalismo del gobierno bolivariano una amenaza a la “estabilidad” del modelo neoliberal y hegemonía de la influencia de EEUU en la región.
El modelo socialista de Venezuela ha logrado avances importantes para su pueblo según las cifras, pero tiene serias dificultades en temas como el manejo de la economía, el control de precios que ha generado un mercado negro, no ha logrado aún superar la dependencia del petróleo ni ha podido atacar con solvencia el serio problema de la inseguridad ciudadana.
No cabe duda que es un país con problemas, como casi todos en la región. Pero resulta llamativo como los medios se centran en denunciar los excesos venezolanos, mientras muy curiosamente dejan en segundo plano o no denuncian las sistemáticas y brutales violaciones a derechos humanos en países “democráticos” como el nuestro, Colombia (paramilitarismo, “falsos positivos”, asesinatos de líderes sociales e indígenas), México (cárteles narcos y masacres de civiles, desaparecidos de Ayotzinapa, etc), por citar algunos casos donde los Estados, sus fuerzas de seguridad, el narcotráfico y el crimen organizado generan zozobra y son parte de una espiral de violencia que aqueja seriamente a esas sociedades.
Venezuela es un Estado soberano, tiene derecho a su autodeterminación y soberanía. Aunque no le guste a algunos sectores, su pueblo ha optado por un período más del proceso bolivariano. Mientras la derecha peruana busca que la izquierda se defina como “democrática” entre los críticos y favorables al régimen venezolano, y algunos caen en el juego, se trata analizar la información sobre este país de la manera más equilibrada posible, para no repetir los argumentos de los profetas del pensamiento único neoliberal.